MORIR POR UNA DEUDA

El sábado pasado Marcelo Barrios debía estar más o menos contento. Al día siguiente la selección argentina iba a jugar su primer partido en el Mundial de Brasil. Además, era el día del padre. Un domingo de fiesta con sus hijos para olvidarse de los problemas, de las cuentas y de las deudas. Hasta el pasado 15 de junio, Marcelo Barrios vivía con sus hijos menores en una casa humilde del barrio del puerto , en Mar del Plata, un balneario con pasado elegante, a unos 400 km al sur de Buenos Aires. A Mar del Plata la llaman "La Feliz" porque en los largos veranos de hace 80 años la ciudad se convertía en un escaparate para los brillos de los porteños acaudalados y presuntuosos. Y en esa feria de vanidades, el barrio del puerto era una frontera molesta donde se hacinaban pobres pescadores italianos, pobres empleados españoles que trabajaban en el puerto y pobres anarquistas, a quienes se les hacia agua la boca observando coches lujosos espléndidamente dinamitables. Siempr...