EXTRANJEROS E INSEGURIDAD EN ARGENTINA: 3 CLAVES DEL DISCURSO POPULISTA PARA QUE LA CULPA SEA DEL OTRO
En el Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires cuentan que hace medio siglo los buques llegados de Europa amarraban cerca de la entrada. Dicen que solía haber una pasarela cubierta desde el muelle hasta el edificio para evitar que los miles de inmigrantes que descendían se mojaran si llovía. Una delicadeza que hoy no se permite ninguna aduana del mundo. Una vez habían entrado al Hotel, los inmigrantes más viejos recuerdan una coreografía celestial de bandejas con fiambres, quesos, carnes, abundantes hogazas de pan. En el imaginario colectivo argentino de hace 60 años la palabra “inmigrante” sonaba tan bien como “progreso” o “futuro”. Pero hoy el Hotel de Inmigrantes es un museo. Quizás no sólo el hotel sea un museo. También ese idealizado amor del argentino por el extranjero parece haber pasado a la historia. Aunque, para ser sinceros, en Argentina siempre hubo cierto recelo por el de afuera, sobre todo si era negro. Al primer presidente argentino, Bernardino Rivadavia, lo llamaban s...