Karma instantáneo: La polarización suele quemar a los que juegan con ella

A veces me siento con mi nieto a ver en You Tube un canal de gaming sobre accidentes de autos extraordinariamente realistas. Un momento de la simulación que nos atrapa es cuando aparece un coche que avanza por la banquina a 170 km hora, una moto desprecia la línea continua o un deportivo adelanta en una curva peligrosa y, pocos segundos después, reciben todos ellos la devolución del universo: se estrellan irremediablemente. Son los accidentes de “karma instantáneo”. La polarización está buena para aumentar seguidores, para llamar la atención y, eventualmente, para ganar las elecciones. Incluso está buena para poner en evidencia anormalidades o errores crónicos. Hasta para simplificar debates e ir al grano de las opciones reales que tenemos delante. Todo lo que simplifique suele tener buena salida en el mercado: “estás de un lado o estás del otro”, “no hay lugar para los tibios” y todo el combo de frases obvias, tan hechas como vacías. La cuestión con la polarización es que...