UNA VALLA DE 206 KILÓMETROS ENTRE GRECIA Y TURQUÍA

Incluso después de una debacle como la griega, sus políticos siguen pensando que un buen rescate de su situación es acudir al banco de los discursos anti inmigratorios. Las vallas  como fronteras sirven para poco, como lo demuestra España. Pero para Atenas es mejor hablar de eso que de la crisis fiscal.

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