LA LÓGICA DE ZARAMAGA O LA DISPUTA POR UNA MEZQUITA EN EL BARRIO OBRERO
Zaramaga es un barrio de Vitoria, la capital del País Vasco, cuyos vecinos exhiben con orgullo una historia que, dicen, está hecha con "sangre, sudor y lágrimas". La "sangre y las lágrimas" se derramaron un 3 de marzo de 1976, cuando la policía reprimió una huelga de los obreros metalúrgicos, murieron 5 personas y hubo decenas de heridos. Entonces el barrio se elevó a la categoría de mártir, uno de esos muchos distritos que durante los años 60 y 70 fraguaron vida política desde bloques de viviendas desangelados, olvidados. El "sudor" fue el lubricante del barrio durante los 50 años de llegadas de extremeños, andaluces o castellanos.
Como muchos hijos del aquel éxodo del campo a la ciudad de los 60 y 70, los habitantes de Zaramaga sienten que han hecho el barrio, reclaman el esfuerzo titánico de haber levantado plazas, centros sociales, rincones habitables... todo con nada. Venían de esos (ya olvidados) rincones hambrientos de una España deshecha. Aquellos empleos en SIDENOR, aquellas primeras casas de 150.000 pesetas, los convertían en algo más que emigrantes, en algo más que obreros: eran propietarios de un barrio. Nadie borra de su historia una épica como esa.
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Patxi Lazcoz, hasta mayo alcalde de Vitoria por el PSOE |
En este barrio se ha levantado una fuerte oposición vecinal a la construcción de una mezquita. Una página en Facebook intenta ganar adeptos bajo el nombre NO A LA MEZQUITA DE ZARAMAGA y en ella encontramos esas historias conocidas y recurrentes que "fundamentan" la oposición:
Los vecinos del barrio no quieren que en la calle Martín Olave se instale un templo para 98 personas y el nuevo alcalde de la ciudad, del Partido Popular, esquiva el obstáculo como puede y pide al Gobierno Vasco, socialista, que impulse una norma sobre la construcción de templos.
En Vitoria hay unos 22.000 extranjeros sobre una población total de 230.000 personas: esto es, apenas un 10% de inmigración. Unos 4.500 inmigrantes son musulmanes, un 2% de la población total. Y en el barrio de Zaramaga, donde viven 15.000 vecinos, encontramos 1.300 extranjeros, un 10% aproximadamente de los vecinos del distrito. Hay unos 400 musulmanes.
Lo que nos muestra Zaramaga, la lógica de su mensaje, es que no es necesariamente el número ni la proporción de extranjeros lo que aviva los conflictos. A veces, la respuesta está en las mismas historias del barrio donde gentes que superan los 60 se aferran a sus plazas y sus edificios como la mayor de las certidumbres vitales. "De alguna manera, todos nos queríamos", dice Teresa Pontón, una gallega de 74 años de Monforte de Lemos que llegó hace 50 años a Zaramaga. Durante años tuvo un comercio. Conoce a todos. Y conserva una libreta en la que anotaba las deudas de sus vecinos. Hace poco uno de ellos le pagó la última deuda.
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Musulmanas en Vitoria |
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